La Batalla de Santa Inés es una de las principales acciones militares de la Guerra Federal venezolana que se llevó a cabo el 10 de diciembre de 1859. Es reconocida por su magistral y estratégica concepción e impecable despliegue táctico, batalla en la que triunfaron las fuerzas federales comandadas por el general Ezequiel Zamora.
A mediados de noviembre de 1859, los generales Juan Crisóstomo Falcón y Ezequiel Zamora reunieron sus fuerzas en Guanare, para dirigirse luego hacia la población de Santa Inés. Tras ellos venía el ejército gubernamental de occidente, comandado por el general Pedro Ramos, quien había recibido la orden de perseguirlos y enfrentarlos.
El pueblo de Santa Inés está situado a unos 36 km al sureste de la ciudad de Barinas, en la margen derecha del río Santo Domingo; allí se establecieron los federales una vez terminado su movimiento retrógrado, a la espera de que apareciera el ejército oficial. El plan para la batalla de Santa Inés consistía en realizar un repliegue progresivo a medida que el contrario avanzaba, para atraer al atacante hasta un área, donde sería enfrentando desde una posición ventajosa.

Las unidades militares así dispuestas, debían causarle el mayor desgaste posible al atacante, mediante el uso escalonado de 3 líneas sucesivas que se iban replegando a medida que avanzaban las fuerzas del gobierno. La cuarta línea estaba situada en el pueblo, donde el atacante recibiría la descarga de todo el poder de fuego y que resultó decisiva para lograr el triunfo en la batalla de Santa Inés.
El combate fue sangriento. La Batalla de Santa Inés produjo muchas bajas en ambos bandos, pero mayores en las fuerzas del gobierno. El general Ramos trató de hacer frente con las exiguas fuerzas que aún le quedaban, pero la barrera de fuego dispuesta inteligentemente por Zamora no pudo ser franqueada, razón por la cual Ramos ordenó la retirada aprovechando la oscuridad de la noche. Habían ganado los federales.