El doctor José María Vargas fue un importante médico, académico y político en la Venezuela del siglo XIX, cuya personalidad reservada y dedicada al servicio le mantiene en la memoria de la nación como el hombre que quiso civilizar la política y humanizar la medicina. Fue rector de la Universidad de Caracas (actual Universidad Central de Venezuela), Director General de Instrucción Pública del País, Director de la Sociedad Económica de Amigos del País, Senador, miembro del Congreso Constituyente de 1830 y Presidente de la República de Venezuela entre 1835 y 1836, siendo el primer civil en asumir tal responsabilidad.
José María Vargas nació el 10 de marzo de 1786 en La Guaira, Edo. Vargas, y muere en Nueva York el 13 de julio 1854. De padre canario y madre venezolana. En 1798 ingresó a la Universidad Real y Pontificia de Caracas, en la que obtuvo el título de Bachiller en Artes y Filosofía en 1803 y de Médico en 1808. Ese mismo año se muda a Cumaná, donde participó activamente en la política. El destino le hace presente en La Guaira cuando se produjo el terremoto del 26 de marzo de 1812, lo que permitió prestar su notable servicio como médico.
Estando de nuevo en Cumaná, tras la caída de la Primera República de Venezuela, Vargas fue apresado, sin embargo, el Libertador Simón Bolívar logró su excarcelación; oportunidad que abre su horizonte intelectual al dirigirse a Europa para dar ampliación a sus estudios. A esta ilustre etapa le sigue una estancia de seis años en la Isla de Puerto Rico, en compañía de su madre y hermanos.

En 1926 regresó a Caracas y se incorporó como profesor de Anatomía en la Universidad de Caracas. Al año siguiente fue nombrado Rector; funda la Cátedra de Anatomía y Cirugía e introduce los estudios de Química, sus convicciones morales las apunta a mejorar la administración, y erradicar las “restricciones raciales y religiosas”. Además suma su esfuerzo a la creación de la Sociedad Médica de Caracas.
En 1935, fue elegido Presidente de la República en 1835, aun cuando no fue su voluntad, en lo que sería un corto y accidentado mandato. Asumió como Presidencia el 9 de febrero, con una estampa que reseña la historia como “Alto y vistoso de cuerpo, iba vestido a la usanza ceremonial de principios del siglo, es decir, frac negro, calzón corto del mismo color ajustado en la rodilla con un lazo de cinta, medias de seda negras y zapatos de corte bajo”. Durante su presidencia se destacan los siguientes aspectos: La promulgación del Primer Código de la República, se reglamentó el papel sellado, se interesó por el progreso moral, intelectual y material de la nación, se crea el periódico “El Liberal”, se crea la Ley sobre circulación de las monedas extranjeras.
Cinco meses después, la noche del 7 de julio y el amanecer del 8, una parcialidad militar comandada por el general Santiago Mariño se revela contra Vargas, en la llamada “Revolución de las Reformas” y conminaron a José María Vargas para que presentara su renuncia; ante su negativa, Vargas fue expulsado del país. El altercado fue solventado por el General José Antonio Páez, así que logró restituir al Presidente, quien dimitirá oficialmente ante el Congreso de la República, el 14 de abril de 1836. Su vocación de servicio la dedica al ejercicio y estudio de la Medicina, así como a su labor de docente prolijo y creador.
A mediados de agosto de 1853 se radica en Estados Unidos, y muere en Nueva York el 13 de julio 1854. Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde el 27 de abril de 1877.