Resiliencia y oportunidades de negocios son dos conceptos que definen el presente y se proyectan al futuro de Venezuela y de los venezolanos que transitarán el siglo XXI.
Para bien o para mal, nunca antes en los últimos 100 años de la historia nacional se han producido unas condiciones que requieran tanto de la capacidad de resiliencia de este pueblo, para sobreponerse a los traumas y efectos adversos sobrevenidos, asimilarlos, levantarse y recomenzar para desarrollar nuevos proyectos y seguir adelante.
Desde el advenimiento de la era petrolera, hasta ya entrado el siglo XXI, los venezolanos vivieron, estudiaron, trabajaron, montaron empresas y negocios en una curva ascendente de prosperidad al amparo de un Estado rico, paternalista y sobreprotector.

La cúspide para las oportunidades de negocios y ascenso social en Venezuela lo representaron los 20 años de las décadas de los 70 y 80, cuando los precios del petróleo inundaron de riqueza Venezuela, creando unas condiciones híper generosas para la inversión y el emprendimiento, con costos en servicios básicos, energía y combustible casi gratis.
Acostumbrados a esa línea siempre ascendente de la economía nacional se hicieron grandes obras de infraestructura, se edificaron universidades, escuelas y hospitales, se montaron empresas y negocios de las más distintas índoles, se derrochó a manos llenas y el futuro económico parecía no tener techo, en una Venezuela literalmente Saudita.
Resiliencia y oportunidades de negocios en el siglo XXI
En los primeros 20 años del siglo XXI las condiciones y reglas de juego han ido cambiando en Venezuela de manera tan radical y generado condiciones tan diferentes que se requiere de una capacidad resiliente de alto grado para sobreponerse y salir adelante.
En estos 20 años Venezuela ha vivido la pérdida de la capacidad de producción de sus empresas básicas de petróleo, gas y minería, caída de los precios del petróleo y pérdida en la capacidad de generación de divisas, deterioro del sistema eléctrico nacional, cierre de miles de empresas, pérdida de empleos, deterioro de la infraestructura básica de agua potable y telecomunicaciones, cambio en el ordenamiento jurídico, inflación, hiperinflación, desempleo, la pandemia del Covid-19 y, lo más lamentable, el que millones de venezolanos hayan abandonado el país buscando un futuro mejor en otras tierras y convertido en inmigrantes.

Estás nuevas condiciones han desembocado en la pérdida de inversiones nacionales e internacionales, disminución y pérdida del crédito y pérdida de la capacidad de producción de la empresa privada en todos los rubros industriales y comerciales, así como la pérdida de la capacidad de producción en agricultura y ganadería. Todo este escenario ha generado profundos cambios en los patrones de vida del venezolano y resultará una tarea titánica el sobreponerse.
Conoce más: Qué es la inflación, hiperinflación y estanflación
Resiliencia y oportunidades de negocios en la nueva Venezuela
La nueva Venezuela, de progreso y desarrollo para todos y que sobrevendrá en el siglo XXI, se está cocinando a fuego lento, silenciosa y subterráneamente, en un proceso de toma de consciencia, de escarmiento colectivo, desde aquí adentro y desde lo cuatro puntos cardinales, aprendiendo de los errores y atesorando los aciertos de estos 100 años.
Los ingredientes y condimentos que generarán la nueva Venezuela tendrán en la resiliencia y en el saber detectar las oportunidades de negocios sus grandes protagonistas. Venezuela es un país que lo tiene todo y los venezolanos somos un pueblo alegre, sonriente, generoso y optimista. Los venezolanos no somos rencorosos y sabemos perdonar. Somos un pueblo emprendedor y somos resilientes.